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sábado, 24 de febrero de 2018

La forma del agua, Guillermo del Toro








Título original: The Shape of Water
Director: Guillermo del Toro
Año: 2017
Duración: 123 min.
Género: Drama, Fantasía
País: Estados Unidos
Actores: Sally Hawkins, Michael Shannon, Richard Jenkins, Octavia Spencer, Michael Stuhlbarg, Doug Jones



Tráiler:


¿Por qué ver La forma del agua?
• La mágica relación que existe entre la protagonista y "la forma del agua".
• Una película con poco diálogo pero con mucha fuerza en la pantalla.
• Es simplemente maravillosa.

La cinta de Guillermo del Toro parte como una de las favoritas en los Oscar, con un total de trece candidaturas. Después de verla no podemos estar más de acuerdo con todas ellas.

Con una casa de agua y una mujer durmiendo en ella empieza la película. Ese agua va desapareciendo hasta que una voz masculina nos va presentando la historia. Nos encontramos en el año 1963, época en la que vamos a conocer a una mujer que se enamora de un ser extraño.


La protagonista, Eliza (Sally Hawkins), trabaja como mujer de la limpieza junto a Zelda (Octavia Spencer) en un laboratorio. Un día como otro cualquiera algo cambia. Al laboratorio llega una extraña criatura que puede vivir tanto en el agua como fuera de ella (aunque su principal hábitat sea el agua y muy necesaria para vivir). Su principal objetivo es investigar cómo vive y ponerle en situaciones extremas para ver hasta donde puede llegar.

Desde el comienzo vemos que Eliza es una mujer muy especial. Ella es muda, pero eso no le impedirá ser como quiera. El día que la toca limpiar la sala del anfibio siente una atracción por él. Lo primero que se llevará es un susto, pero a través de numerosos encuentros ambos irán creando un lazo único.


A partir de este momento vemos una relación muy especial, sencilla y bonita entre los dos. Eliza desprende encanto, pero es que el hombre anfibio también. Y aunque en el título se refiera a "la forma" vamos a descubrir que es mucho más que eso.

Y no solo el agua va a estar muy presente durante toda la película sino que el silencio, las conversaciones en lenguage de signos, las conversaciones en las que se dice todo con la mirada... son también muy importantes. Las imágenes son muy importantes, y aún más los sentimientos que se transmiten a través de ellas.


Pero no todo es bonito en esta película. El villano, a pesar de que todos acabamos odiándolo, es un muy buen villano. Richard (Michael Shannon), el hombre obsesionado con los caramelos, no va a parar hasta salirse con la suya. Algo que va a tener muy difícil gracias a las mujeres y al Dr. Robert Hoffstetler (Michael Stuhlbarg), uno de los trabajadores del laboratorio.

Otros temas se tratan en la película como la Guerra Fría o el machismo. Pero cada cosa que vemos y oímos en la película está escogida con el más mínimo detalle y hace que sea una película muy especial. Sin duda, también hay que decir, que no es una película para todo el mundo. Es de esas que te encantan o aborreces. Nosotras la hemos amado y esperamos que se lleve todos los premios que merece.

Valoración: 

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